Recorremos por última vez las calles de la medina.
Sabemos que el viaje llega a su fin y queremos despedirnos de su aroma. Justo al llegar al hotel
recibimos un mensaje de la aerolínea: el vuelo se ha adelantado una hora. Hemos hablado con el dueño del riad para que busque un taxi que nos lleve
temprano al aeropuerto.
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